Hoy en día tenemos muchos canales a través de los cuales las marcas y sus targets pueden crear un vínculo y dar paso a esa, tan deseada, fidelización.
Tener tantos canales es, a la par, una gran ventaja y una complicación… Pero esta segunda puede resolverse de manera rápida si definimos una buena estrategia por canales.
Estos canales son dispares entre ellos, tanto los más recientes, como los más atemporales. Tanto en online como en offline hay que tener claro qué, a quién, cómo, dónde y por qué comunicaremos.
Aprovechar la diversificación de canales es sinónimo de lo que llamamos estrategia multicanal o estrategia omnicanal.
¿Pero… ambas son la misma técnica?
Aunque ambas persigan el mismo objetivo: crear interacción con el usuario a través de los canales donde se mueve y optimizar su experiencia, no siguen la misma táctica. La diferencia no está en el número de canales que usan, sino en cómo los usan.
¿Qué es la multicanalidad?
Se centra en transmitir el mismo mensaje a través de distintos canales.
– La variedad de canales, amplía la posibilidad de que el mensaje de campaña o marca llegue a más público potencial y cree más opiniones e interacciones.
– Homogeneiza los mensajes de cada canal y armoniza el tono y el branding.
-Adapta el mensaje al formato y el contexto que caracteriza cada canal, por lo tanto, personaliza la experiencia del usuario.
Pero la manera en que el usuario consume actualmente el contenido, lo ha cambiado todo y ha desbancado a la multicanalidad. El usuario se mueve entre canales en segundos, incluso en muchas ocasiones usa canales simultáneamente; eso ha desdibujado su percepción de con qué canales interactúa con la marca y ha creado la necesidad de no repetir mensajes en varios canales sin un motivo comunicativo.
¿Por qué la omnicanalidad es la solución?
Adaptándose a esta fluida manera de consumir contenido, llega la omnicanalidad que sitúa al consumidor en el centro de la comunicación y propone un solo mensaje integrado y unificado en todos los canales. Los canales no son transmisores por sí mismos, sino meros puntos de contacto.
– La importancia recae en una sola experiencia de marca entre canales, que sea universal.
– Desdibuja la barrera entre los canales, es decir la misma experiencia trasciende entre ellos.
– Combina canales online y offline, pero se apoya en la tecnología para centralizar la información del usuario y que sus datos fluyan.
– Conoce a su usuario y personaliza su experiencia.
La omnicanalidad está directamente relacionada con el término cross-channel, que se refiere a esta capacidad de romper las barreras entre canales.
¿Revisamos tu estrategia?
Deja que te ayudemos a definir una estrategia de comunicación sólida que marque cómo usar cada canal. ¡Escríbenos y lo hablamos!